El diario-blog de alguien que dará un giro a su vida, y que, si no le gusta ése giro, dará otro, y otro más... Cuantos sean necesarios hasta encontrar su vida ideal tantos años soñada. Segúramente se parezca demasiado a cualquiera de nosotros, pero la vida es así... http://capitansogul.blogspot.com/

miércoles, 16 de diciembre de 2009

45. Saliendo a la luz

Cuando salgo de la oscuridad, mis ojos tardan unos momentos en acostumbrarse al reluciente cielo azul. Con los ojos entrecerrados, y aún algo deslumbrado, miro a mi alrededor, y me veo rodeado por interminables hileras de tiendas de campaña, cercado por legionarios romanos que me miran con curiosidad, estáticos, formando un pasillo cerrado. Mi "guía" me mira y me invita gestualmente a que le siga. Avanzamos por el "sendero humano", que desprende efluvios desconocidos para mí, aunque otros familiarente desagradables. Siempre había visto a los romanos en películas, y libros, y mi imagen de ellos dista bastante de la que tengo delante, muy real y cruda… Puedo apreciar en algunos de los soldados "pared", vendajes oscuros en brazos piernas y en algún caso, hasta tapando alguna herida en el rostro. Pero todos, sin excepción, tienen sus cascos y las partes metálicas de sus vestimentas relucientes. Qué contraste más llamativo.
Según avanzo mirando boquiabierto a mi alrededor, me planteo si estoy viviendo un sueño, si todo lo que me ha pasado hasta ahora no será una maldita pesadilla, pero no, no puede ser… Esto ya lo he pensado en varias ocasiones. Me sigo sintiendo dolorido, y noto las costras de mis heridas tirar de mi piel, las ampollas en los pies. No puede ser un sueño. Noto la brisa, siento los olores, oigo los ruidos de las respiraciones contenidas…Tiene que ser cierto… Se me forma un nudo en el estómago… Creí que el miedo había pasado, pero sigue ahí acechándome… El miedo, las inseguridades, todo lo que he dejado atrás, es triste, muy triste.. Sólo nos damos cuenta de las cosas que queremos cuando las hemos perdido… A cada paso que doy, sin saber a dónde, mi ánimo se hunde más y más. Mi falsa positividad por seguir adelante, me imagino que fruto de la adrenalina, ya ha desaparecido, y sólo me queda desesperación, resignación…
Cabizbajo, sigo los talones de mi guía, que de repente se apartan a un lado, Miro hacia arriba, y veo la entrada a otra tienda, cerrada con lo que parece una cortina roja, y flanqueada por dos soldados con cara de pocos amigos, y sobresaliendo por ser casi de mi estatura.
Me quedo plantado delante de la entrada, entonce, una mano desliza la tela a un lado y me invita a pasar al oscuro interior.