El diario-blog de alguien que dará un giro a su vida, y que, si no le gusta ése giro, dará otro, y otro más... Cuantos sean necesarios hasta encontrar su vida ideal tantos años soñada. Segúramente se parezca demasiado a cualquiera de nosotros, pero la vida es así... http://capitansogul.blogspot.com/

lunes, 27 de julio de 2009

20. Sangre

Acelero el paso, pues, si hay buitres, igual queda algo de carne comestible del animal moribundo o muerto sobre el que pretenden caer. Pienso en comer comida “de verdad”, y me pongo a salivar. Soy como "Homer" pensando en rosquillas. De repente, doy un paso, y noto como mi pie se humedece. Miro donde he pisado, y veo un charco oscuro, marrón oscuro y denso. Fijándome con más detenimiento, me acerco, y parece ser sangre. Me quedo helado. Es sangre. Tengo mi pié mojado en sangre. Todos mis pensamientos sobre comer carne se esfuman y se me empieza a hacer un nudo en el estómago. Sea lo que sea que hay más adelante tengo que seguir y descubrirlo.
Avanzo hasta llegar a unas rocas, inestables, que bloquean el camino. Parecen ser de algún desprendimiento. Las paso con cierta dificultad, pero sin lesiones, y continúo mi camino. Mientras avanzo, mi mente trata de dar explicación al charco. Seguro que ha sido uno de los caballos que pasó por delante de mi, que en las rocas ha debido dar un traspiés, se ha abierto una herida y se ha quedado inconsciente, lo que ha generado el charco. Luego, ha recuperado la consciencia y ha continuado con su herida abierta, cayendo más adelante, donde los buitres van a dar cuenta del pobre animal. Si la historia no ha sido así, ha sido otro animal que ha caído desde una de las paredes, igual provocando el derrumbamiento que he sorteado. Seguro, habrá sido algo así.
Doblando un recodo del camino, me quedo horrorizado. Veo ante mí una escena dantesca. Un nutrido grupo de aves negras, está sobre el cuerpo de un animal. Al acercarme levantan el vuelo al unísono, dejando el cuerpo desmadejado de lo que parece ser un caballo.. Me fijo, con cierto asco, que uno de los cuervos lleva algo redondo y blanco en el pico… rodeo el cuerpo y veo que de su estómago sobresale un asta, como una lanza o algo parecido, que, supongo yo, al caer, le ha rajado el vientre y ha dejado esparcidas por el suelo, parte de sus húmedas vísceras. Al ver esto me viene inmediatamente una terrible arcada, que de no ser por lo poco que tengo en el estómago, habría acabado en vómito seguro. Asqueado, me acerco al palo, e intento sacárselo, pero debe estar alojado en el hueso de la cadera o de una de las patas traseras, ya que al tirar, cruje a hueso, y una de ellas se mueve…Mmmmf… Otra arcada. ¡Que asco de sabor a bilis!. Lo voy a dejar, que al final, echo todo lo poco que queda en el estómago. Me paso a la parte de la cabeza, donde veo que tiene los arreos típicos de un caballo. No sé el nombre técnico, pero sé que son un conjunto de cuerdas de cuero y hebillas, que voy a reutilizar, que nunca se sabe. Con cuidado, provocado por la aprensión que me provoca el caballo muerto, le desato las cinchas de la cabeza, pero tiene mordida una parte de metal a la que van unidas éstas. Tiro, y tiro, pero no hay manera, solo consigo que mueva la cabeza de forma desagradable, y el hueco donde antes tenía un ojo, siento que me mira con desaprobación. Voy a dejarlo así, y voy a intentarlo haciendo palanca. Piso su mandíbula con el pié, y hago palanca con el palo en el hueco donde está mordiendo la dichosa pieza. Poco a poco voy sacándola. No quiero mirar, pero ha crujido algo y ha sonado a diente roto. ¡Dios!, que salga ya. Al final sale, y no es una pieza entera de metal, son dos, unidas por una arandela gorda. Me cruzo en bandolera el conjunto de riendas, y me aparto del caballo, sin mirar atrás. Dejando al animal a merced de los insectos y animales que lo utilicen como alimento, sigo adelante. Mientras me alejo, pienso en uno de los capítulos de “Ultimo Superviviente” en el que se encontraba con un camello muerto en pleno desierto, y era capaz de aprovechar del animal casi todo, e incluso de beber “agua” de su estómago. Sólo imaginarme metiendo la mano dentro de las tripas del animal, me provoca arcadas, así que ni pienso si llegara a hacerlo.
Volviendo la vista al camino, veo algo que me saca de mis ensoñaciones: El suelo está teñido de marrón oscuro, de sangre. Y en las zonas donde no hay tierra, hay pequeños charcos, alrededor de los cuales hay moscas zumbando.¿Qué ha pasado aquí?. Tengo mucha imaginación, y puedo creer saber lo que ha ocurrido, pero va contra toda lógica, aunque no sé de que me sorprendo, pues lo que me ha pasado a mi tampoco tiene ninguna…

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