El diario-blog de alguien que dará un giro a su vida, y que, si no le gusta ése giro, dará otro, y otro más... Cuantos sean necesarios hasta encontrar su vida ideal tantos años soñada. Segúramente se parezca demasiado a cualquiera de nosotros, pero la vida es así... http://capitansogul.blogspot.com/

jueves, 3 de septiembre de 2009

29. El valle

Una vez “seco” mi atuendo, me visto, me anudo las sandalias y estoy listo para continuar mi camino. En seguida tengo los pies otra vez mojados. El material de mis sandalias, no recordaba que no es aislante. Bueno, pongo rumbo a mi destino cuesta abajo. Esta vez es bastante incómodo, porque la bolsa llena de agua es muy incómoda de transportar pese a tener un asa, porque en bandolera se me clava la cuerda, y en brazos es tan difícil de llevar por entre los árboles como difícil es levantar a un gato del suelo. Obviamente, está pensada para transportarse sobre un animal.
Muerdo un trozo de “suela” de carne, porque el estómago va a despertar a todos los animales que hayan podido dormirse después de la tormenta.
Llevo bastante rato descendiendo, y me paro a descansar. Puta bolsa de agua. Le pego un trago con odio, intentando vaciarla, pero apenas baja su peso. Bueno, seguro que me vendrá bien llevarla tan llena. Si continúo bajando y estoy en un valle, seguro que encuentro un río que me lleve en alguna dirección. Mientras descanso, pienso sobre el hecho de que hace unos días, casi una semana pues echando cuentas creo que llevo seis días perdido, estaba la mayor parte del tiempo sentado delante de un ordenador, llevando una vida relajada, rota por las visitas al gimnasio a pegar patadas, y alguna que otra eventual escapadita en bici. Y ahora, no paro de andar, “malcomiendo”, ni un puto “homenaje alimenticio”, “maldurmiendo” todas las noches sobre el suelo duro, “malvestido” con estos harapos, sin ver la tele, sin hablar con nadie, pasando miedo, siendo el alimento de todos los insectos del bosque… Esto no es sano. Me palpo la cara y la noto algo menos rellena y sin afeitar, suerte que no tengo demasiada barba cerrada, que si no, ahora sería como Robinson Crusoe.
¿Dónde pollas estoy?. ¿Quién me ha hecho esto?...
Los pies húmedos me bajan de mi divagar, y vuelvo a ponerme en camino, silencioso y desanimado gracias a la autonomía de mis pensamientos.
Está atardeciendo y sigo perdido, cansado y abatido. No hay rastro de la luz de anoche, ni ruidos ni su puta madre. Llevo todos estos días vagando sin saber a dónde ir. Estoy desesperado y hundido. Sin duda perdí la dirección esta mañana con la tormenta, y he vuelto a perderme… más.
Mientras cae la luz y enfrascado en mis pensamientos, no me he dado cuenta de que el terreno se ha ido haciendo menos inclinado y casi no hay árboles. ¡He salido de la espesura del bosque!. Tengo ante mi una llanura con algún que otro grupo de árboles y rocas bajas, que me permite ver que efectivamente estoy en un valle, a primera vista sin ningún pueblo, aunque con la poca luz que queda no puedo ver mucho más que las formas de las laderas que me rodean que se van oscureciendo poco a poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuéntame que opinas...