El diario-blog de alguien que dará un giro a su vida, y que, si no le gusta ése giro, dará otro, y otro más... Cuantos sean necesarios hasta encontrar su vida ideal tantos años soñada. Segúramente se parezca demasiado a cualquiera de nosotros, pero la vida es así... http://capitansogul.blogspot.com/

miércoles, 2 de septiembre de 2009

27. Resplandor

Frenéticamente, empiezo a forzarme a ver algo, pero no consigo ver más que un tenue resplandor en la oscuridad. Debe ser originado por algún pequeño pueblo. Un pueblo!. Civilización!. Pero es noche casi cerrada, y no creo que ponerme a bajar en dirección a la luz sea buena idea, "ve hacia la luz Caroline". Hago una flecha apuntando al respalandor, para ponerme en camino con las primeras luces. Intento escuchar algo, pero no hay ningún viento que me traiga los sonidos, y los árboles se encargan de amortiguar lo poco que pudiera escuchar. Además, si es el mismo pueblo de las fiestas, igual ahora se encuentra de resaca post-fiesta. Estoy deseando que amanezca. Tengo que dormirme para que la espera termine cuanto antes. Con mi habilidad, concilio el sueño sin problemas.
Cuando me despierto, agitado, todavía es de noche. Me ha pasado como cuando tenía exámenes, o antes de salir de viaje, que dormía inquieto por miedo a quedarme dormido. El caso es que ya no me voy a dormir. El resplandor sigue ahí. Después de darle un trago en condiciones, y dejar casi vacía la bolsa de agua, me pongo en marcha, no puedo esperar, y confío en que en breve, comience a amanecer. Lo que no tengo demasiado claro, es que en cuanto me interne en la espesura de nuevo, sea capaz de seguir la dirección del resplandor.
Espero que mis ganas de encontrarme con gente, con civilización, no se vean transformadas en nuevos peligros, porque mi racha de mala suerte no mejora demasiado.
Comienzo a descender entre los árboles, concentrado en seguir en la dirección que debe ser la correcta, y esperando a que amanezca pronto para no acabar con un pie fracturado o torcido, o algo aún peor… Me imagino destrozado tras haberme caido por un barranco… Me da escalofríos. Por lo debo poner mucho cuidado por donde vaya.
Continúo, cuidadosamente, con mi descenso entre árboles, matojos y rocas. Cruzo los dedos por que mi sentido de la orientación me acerque lo suficiente al “pueblo” como para poder oir algo, o al menos, para poder hacerme una idea de dónde debería estar por caminos, olores, humo… lo que sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuéntame que opinas...