El diario-blog de alguien que dará un giro a su vida, y que, si no le gusta ése giro, dará otro, y otro más... Cuantos sean necesarios hasta encontrar su vida ideal tantos años soñada. Segúramente se parezca demasiado a cualquiera de nosotros, pero la vida es así... http://capitansogul.blogspot.com/

viernes, 4 de septiembre de 2009

30. La ladera

Aún continúo estando en terreno elevado. Me da miedo salir a la llanura pese a que cada vez hay menos claridad, por ser un blanco perfecto. Prefiero la seguridad relativa que me dan los árboles, y la falta de luz. Voy a prepararme para pasar la noche cerca de la llanura, pero al amparo de los árboles, así que decido comenzar mi recolección de hierba que hará las veces de colchón. Antes siquiera de volver a internarme en el bosque a arrancar hierbas, me parece oír ruidos. Pero ruidos como gritos o voces secas. Escucho con atención para ver de dónde provienen las voces. Parece que vienen de algún punto alejado de la ladera que tengo a mi derecha, pero no logro ver nada.
Tengo que ir hacia allí, aunque se haga de noche. El terreno aquí es más agradecido que dentro del bosque, por lo que no me importa ir casi a oscuras o de noche. Lo que voy a intentar es no atravesar por en medio de la llanura, como estoy paranoico… Prefiero ir cerca de los árboles, en el límite, pero cerca de la relativa protección y seguridad que me dan… Son como un efecto placebo que me tranquiliza. Según voy acercándome, los ruidos se oyen algo más altos, pero sin nitidez alguna. Lo que si escucho son diferentes voces, y ruidos de civilización. Estoy nervioso y excitado. Por fin encuentro ayuda!. Sigo avanzando en dirección al ruido, y de repente cesa. Me doy cuenta de que lo he escuchado porque venía transportado por una brisa que bajaba de la ladera, pero que ahora no sopla. Parado y esforzándome, consigo escuchar los ruidos mucho mas atenuados. Tengo que seguir adelante. Me veo obligado a ascender por la ladera que creo originaria del ruido, y me veo de nuevo rodeado por los árboles. Me paro con regularidad para orientarme por el ruido, y cuando ya no queda casi nada de luz diurna, solo un cielo azul marino, veo que se terminan los árboles, casi bruscamente, lo noto gracias a que piso una tierra lista para ser cultivada ya que está como removida, levantada. Levanto la vista hacia la zona sin árboles, pues está en un terreno que se eleva, y puedo ver recortada, la silueta de una especie de muro. Si!. Toma!, Toma!. Lo he conseguido. He llegado a una construcción humana. Es ése el origen de los ruidos, por lo que hay gente dentro. Dios!, Qué emoción!.

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