El diario-blog de alguien que dará un giro a su vida, y que, si no le gusta ése giro, dará otro, y otro más... Cuantos sean necesarios hasta encontrar su vida ideal tantos años soñada. Segúramente se parezca demasiado a cualquiera de nosotros, pero la vida es así... http://capitansogul.blogspot.com/

martes, 28 de julio de 2009

21. Cadáver

Dejando atrás el cadáver del caballo, me doy de bruces con una escena que entraba dentro de lo que había podido imaginar mi mente enfermiza. Otro cuerpo, también con varios cuervos encima, aunque menos numerosos. ¡Un cuerpo humano!. Había oído que a veces la imaginación es menos terrible que la realidad, y esto me hace entenderlo. Es terrible, un cadáver humano justo delante de mí. Lo más cerca que he estado de uno fue hace muchos años, yendo con mis padres en el coche, en la carretera de Cuatro Vientos, donde había habido un accidente y estaban tapando el cuerpo de alguien con la tela plateada y dorada. Sólo le vi. las piernas, y todavía lo recuerdo. Ahora lo tengo a escasos diez metros, sin la protección del cristal, sin ningún tipo de protección, en medio del desfiladero, mierda!. Rápidamente me pego a una de las paredes, pero me doy cuenta que es donde más pega el Sol, así que cambio a la otra, con más sombra y que me da la sensación de ofrecer más protección. Con mis dos “hábiles” movimientos, he visto una cosa que me ha dejado petrificado. Ni en los PowerPoints más bestias, había sentido revolverse así mi estómago. El cuerpo está decapitado encima de un enorme charco de sangre, sobre el que revolotean cientos de moscas…
Me sigo acercando por el lateral, y veo que va ataviado con una especie de slip, de tela gris y gruesa, y nada más, desde mi distancia no le encuentro ningún tipo de anillo, ni adorno corporal. El tipo parece ser muy moreno de piel, bastante más que yo, y con el moreno Agromán añadido, vamos que lleva puestos pantalones cortos y camiseta sin mangas pese a estar desnudo. Parece bastante más bajo que yo, suponiendo que tuviera la cabeza en su sitio, claro. Es fornido y velludo, y tiene marcas en los antebrazos como si se hubiera protegido de varios golpes, pero que por lo visto, al final no le ha servido de nada… Qué fugaz puede ser la vida humana, qué frágiles somos, ¿Qué haría este hombre en su vida?, ¿Tendría familia?, ¿Por qué le hicieron esto?, ¿Sufrió mucho?... Aparto estos negros pensamientos y sigo fijándome en el cadáver. Puedo ver más claramente que tiene un agujero oscuro y circular en el vientre, hinchado y amoratado. Sin duda, producido por un disparo. Se parece al tiro que le pegan a uno de los soldados de “Salvar al Soldado Ryan” cuando toman la ladera rodeada de cadáveres de vacas y apresan al malísimo soldado alemán, a quien finalmente dejan huir. Lo que no voy a hacer es ver si le salió la bala por detrás. No tengo muy claro qué fue antes. Si el disparo o la decapitación, pero da igual… ¿Por qué siempre hago esto?, en vez de pensar de manera práctica, me pondo a divagar…
No pienso acercarme a él, ya desde esta distancia, estoy pasándolo fatal. Tengo que contener mis náuseas, y mis ganas de llorar. Aunque no lo parezca, es terrible lo que estoy viendo, por eso igual frivolizo con tonterías, para evitar pensar en lo crudo de la situación. Levanto la vista del cuerpo, y veo a los cuervos que me miran con recelo, esperando a que me vaya para seguir con su tarea. Poco a poco, me voy alejando intentando apartar la vista del cuerpo decapitado, pero no puedo dejar de mirarlo, me tiene como hipnotizado… Un tropiezo con una roca me devuelve a la realidad. Si antes tenía miedo por mi situación, ahora estoy verdaderamente acojonado. Estoy en medio de lo que parece ser algún tipo de guerra entre bandas, o entre etnias rivales, seguramente en algún lugar perdido como Kosovo o así, donde llevan años matándose por su nación, por sus culturas y por la religión, y donde este tipo de cosas son “habituales”. Menudo percal se me presenta, secuestrado y huido, en medio de vete a saber qué guerra. El lugar apesta, los charcos de sangre están endureciéndose, coagulándose. Tengo que salir deprisa de aquí. Me voy lo más rápidamente que me permite el miedo a echar a correr y hacerme notar demasiado. Un par de minutos después, me paro, apoyado contra una roca, a recuperar el resuello y a tranquilizarme. Espero que si alguno de los que han hecho esto, me ve, tenga claro que no tengo nada que ver ni con unos ni con los otros. Que me vean andrajoso, de piel clara, sucio y desaliñado, pero afeitado… ah, no, de eso hace cinco días, ahora que me palpo la cara, noto una barba incipiente que me debe hacer quedar como un indigente, añadido a que seguramente esté más delgado por mi mala alimentación… Espero que esto sea suficiente para que no me confundan… Aún así, tengo que evitar dejarme ver, pues no sé porqué razón hicieron lo que hicieron, así que más me vale andarme con ojo a partir de ahora.

2 comentarios:

  1. Quitale la ropa!!!

    y explora la zona, puedes ancontrar mas cosas!!!

    ResponderEliminar
  2. ¿Qué Ropa?... "una especie de slip, de tela gris y gruesa, y nada más..."
    ¿Quieres que meta la mano ahi dentro?. Ni de coña

    En cuanto a explorar la zona, no se me había ocurrido, pero no pienso volver.

    Gonzalo.

    ResponderEliminar

Cuéntame que opinas...