El diario-blog de alguien que dará un giro a su vida, y que, si no le gusta ése giro, dará otro, y otro más... Cuantos sean necesarios hasta encontrar su vida ideal tantos años soñada. Segúramente se parezca demasiado a cualquiera de nosotros, pero la vida es así... http://capitansogul.blogspot.com/

lunes, 27 de julio de 2009

19. Desfiladero

Al cabo de unas cuantas horas de infructuosa búsqueda de alimento, vuelvo al camino, pero las huellas de los cascos han desaparecido. No me complico, y sigo por el sendero, en la que creo que era la misma dirección que llevaba, y al momento veo que acierto porque el sendero va haciéndose cada vez más ancho y menos frondoso. A los laterales sigue habiendo todavía mucho árbol y vegetación, pero ahora hay más profusión de rocas. Esto continúa así, hasta que gran parte de los árboles son sustituidos por rocas, hasta que casi parece que he salido de lo más frondoso del bosque. Entre unas rocas veo un arbusto, parecido a los de las “frambuesas agrias”, del que me alimento malamente. Ahora necesito beber, por lo que busco de nuevo el río, me cuesta un poco, pues sin darme cuenta, el camino se alejaba de él. Me vuelvo a internar en el bosque, aunque para no perderme, y poder volver de nuevo al camino, voy rompiendo ramas. Lo localizo al cabo de un rato de aguzar el oído. Una vez saciada mi sed, y pasado el agrio sabor de boca de mi alimento, vuelvo al camino. Suerte de rastro de ramas rotas y pisoteadas, que si no, me podría haber perdido, dentro de lo que ya lo estoy, claro.
Según continúo por él, los árboles van tornándose arbustos y matas, y cada vez hay rocas más grandes a sus lados. Por lo que veo más adelante, acaban convertidas en dos paredes que lo flanquean. En unos pocos minutos, me encuentro caminando entre paredes de roca, por una especie de desfiladero. Es un paraje bastante similar a La Pedriza, mucha roca blanca y gris, con arbustos por todos lados. Pero no creo que esté en ella, no con mi suerte. Parece el típico lugar en el que los indios emboscaban a los vaqueros en las películas del Oeste. A medida que avanzo las paredes se apartan unas de otras y se elevan aún más, y el camino comienza a serpentear. Mirando al cielo puedo ver a no demasiada altura unas aves enormes, de un marrón grisáceo, volando en círculos. No los he visto antes porque están volando a poca altura y con tanto risco, he tenido que estar muy cerca para verlos. Son buitres.

2 comentarios:

Cuéntame que opinas...