El diario-blog de alguien que dará un giro a su vida, y que, si no le gusta ése giro, dará otro, y otro más... Cuantos sean necesarios hasta encontrar su vida ideal tantos años soñada. Segúramente se parezca demasiado a cualquiera de nosotros, pero la vida es así... http://capitansogul.blogspot.com/

viernes, 24 de julio de 2009

16. Caballos!

Ante las vibraciones, me aparto aún más del camino, protegiéndome junto a una roca.
En unos pocos segundos conozco el origen de las vibraciones. Parecen cascos de caballos, En seguida, las vibraciones vienen acompañadas por el sonido, esta vez, si me llega claro, es el sonido de cascos de caballo, no se si al trote, pero parece que deprisa. Suenan cada vez más cerca y parece que van por el camino, por lo que les voy a tener aquí en breves instantes. El miedo, se apodera de mi, y me sitúo detrás de la piedra, oculto de lo que pueda venir por el camino. ¿Serán mis captores buscándome furiosos por mi huida?. No tengo mucho tiempo de reacción, por lo que aferrado a mi palo, cada vez me acurruco más tras la piedra, tanto que hasta oculto mi cara, justo cuando los cascos atronadores está encima de mí, me doy cuenta de ello y me asomo tarde, sólo alcanzo a ver, entre el polvo dejado por los animales, la trasera de un caballo, con fardos a los lados que enseguida desaparece entre los árboles. Mientras espero a que el polvo se asiente, que vuelve otra vez energía. Estoy en el camino correcto, pues sin duda esos animales iban guiados por personas. Lo que me parece realmente curioso es el hecho de que todavía, en el siglo veintiuno, haya personas que usen el caballo como transporte, aunque aquí parecía más adecuado que un Quad, debido a la estrechez del sendero. Me consuela el pensar que no buscaban a nadie, más que nada por la velocidad a la que han pasado… Aunque… Igual iban huyendo de alguien… Lo mismo hasta son cazadores furtivos que perseguían a alguna pieza, pero si es así, me ha extrañado no oír ladridos de perros, aunque si iban entre los caballos, con el estruendo de sus cascos no es tan extraño no haberlos oído. Igual tenía que haber salido de mi escondite, para contactar con ellos, pero a la velocidad a la que han pasado, me habrían arrollado, sin poder detenerse a tiempo… Lo bueno es que ahora tengo unas huellas claras que seguir.
Vuelvo al camino. El arreglo de las sandalias parece que no está mal, ha funcionado y no se me desmadejan. Sigo andando y por el hambre que tengo y la sombra casi vertical de los árboles, debe ser alrededor de la una. Tengo que buscar algún alimento, pero no soy capaz de encontrar a ningún animal comiendo al que robarle la comida, así que si encuentro algo tendré que arriesgarme. Después de un buen rato de buscar por entre la vegetación, he encontrado un matorral, parecido al de las frambuesas del otro día, pero no tiene ningún pájaro comiendo de él… Al lío, pillo las frambuesas, y “pa´dentro”, saben ácidas, igual que las otras que encontré, así que no debería ser venenoso, ni demasiado malo. Esta vez voy a preparar la noche con más cuidado, de hecho voy a empezar ya mismo, porque entre que me paso los días caminando, con hambre y duermo poco y mal, mi mala hostia aumenta por momentos, y tal cual estoy, tengo que mantener la cabeza fría, no puedo dejarme llevar por arrebatos o ataques de ira.

2 comentarios:

  1. lo sabia, eran caballos

    a ver si has viajado en el tiempo, Gonzalo

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  2. Postearé esta semana todos los que tengo antes de las vacaciones... asi que ahora pongo otro.. y así decides..

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